También te recomendamos que leas nuestro artículo sobre litoterapia, que puede ser un verdadero complemento. Nos gustaría recordar que la litoterapia no sustituye al consejo médico.
Características del lapislázuli
Composición | Lazurita, Calcita, Pirita. Silicato de aluminio y sodio (Na,Ca)8, (Al6Si6O24), SO2 |
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Dureza | Entre 5 y 6 en la escala de Mohs |
Densidad | Entre 2,5 y 3 |
Colores | Azul celeste a azul ultramar, con inclusiones blancas (calcita) y doradas (pirita). |
Chakras | Corona, Tercer Ojo, Garganta |
Composición de la piedra lapislázuli
El lapislázuli es una piedra azul que combina lazurita, calcita y pirita, creando un aspecto único e inconfundible. Su nombre proviene del latín «lapis» (piedra) y del árabe «azul» (azul). Esta piedra pertenece a la familia de las sodalitas, que se distinguen por su alto contenido de sodio. El color dominante es el azul, aunque puede variar hacia tonos violetas.
El azul es sin duda el color dominante, pero la piedra también contiene una especie de polvo dorado y pirita. De hecho, esta piedra contiene calcita (blanca), sodalita (azul) y pirita (amarilla), lo que le confiere un aspecto muy especial e inimitable.
En la escala de Mohs, la dureza de esta piedra oscila entre 5 y 6. Su densidad varía, pero siempre se encuentra entre 5 y 6.
En la actualidad, los principales proveedores de esta piedra se encuentran en Afganistán, Estados Unidos, Canadá, Chile, Pakistán y los amplios espacios de Rusia. En Chile, el lapislázuli es una piedra que se ha convertido casi en un emblema nacional, al igual que el jade es una piedra que constituye un fuerte símbolo de China.
Por desgracia, el lapislázuli no es especialmente resistente a golpes, marcas y otros impactos. Así que hay que tener mucho cuidado cuando se posee una, y protegerla del más mínimo sacudón indelicado que podría hacerla aún más frágil.
Historia y origen del lapislázuli
Desde la prehistoria, el lapislázuli ha sido valorado como joya. Los egipcios lo utilizaban en máscaras funerarias, joyas y amuletos. Símbolo de poder, pureza y salud, el lapislázuli reforzaba el poder conferido a los amuletos para proteger a los egipcios. El vínculo era ante todo estar protegido por esta piedra y también acercarse a lo divino. Todo lo que tuviera que ver con el ámbito divino proporcionaba una poderosa protección a su portador. Los egipcios la apreciaban mucho. Esta piedra también se utilizaba para mostrar la riqueza de la persona que la llevaba. La piedra azul tenía un valor muy superior al del oro.
En la Edad Media, el lapislázuli se utilizaba como polvo para teñir tejidos y en pintura. También podía triturarse y utilizarse como pigmento de maquillaje. Desde un punto de vista espiritual, al igual que para los egipcios, la piedra protegía el alma del portador, alejándolo del error.
El lapislázuli también era utilizado por los griegos y en la Edad Media para evitar abortos. Así que la idea de protección contra el peligro sigue presente.
El hermoso cielo de la Capilla Sixtina fue pintado por Miguel Ángel, que esmeriló lapislázuli. Este tono particular, una especie de tinte azul ultramarino, en la pintura es el resultado. Este azul intenso es el resultado y sería especialmente popular hasta el siglo XIX. Otros frescos, paneles murales y columnas también se componen con esta piedra, principalmente en edificios religiosos de Oriente Próximo y Europa.
Propiedades y virtudes del lapislázuli
El lapislázuli es una piedra poderosa con múltiples propiedades que se han valorado desde la antigüedad hasta nuestros días.
Principal propiedad: la comunicación
Esta piedra se recomienda en todos los casos en los que es necesaria la comunicación: para sentirse a gusto hablando en público, por ejemplo, o para poder hablar con fluidez. La persona que lleva este mineral se siente más segura a la hora de compartir sus emociones y de comunicarse fácilmente con los demás. Si deseas utilizar esta piedra para potenciar la comunicación, lo mejor es llevarla en un collar cerca del chakra de la garganta.
Propiedades psíquicas
Las vibraciones del lapislázuli aportan calma, confianza y consuelo, ayudando a reducir el estrés y las tensiones emocionales. Es una excelente elección para personas propensas a cambios de humor o que viven bajo presión constante.
Propiedades físicas (salud)
Se cree que el lapislázuli debilita, reduce o incluso detiene las migrañas o los dolores de cabeza simples. Con su color azul, esta piedra también calma el insomnio y favorece el bienestar. Al regular el sistema cefálico, también puede utilizarse para aliviar los problemas de tiroides. Adicionalmente, se recomienda para tratamientos de la piel como eczemas y herpes. Esta piedra también puede utilizarse para aliviar quemaduras leves de la piel, especialmente las causadas por el sol.
Propiedades espirituales
Si creemos en los egipcios, se dice que el lapislázuli «rompe» nuestras barreras y nos da acceso al mundo espiritual, al mundo de lo divino. Esta piedra ayudaría a la persona que la lleva a desarrollar sus capacidades mediúmnicas (especialmente la clarividencia). Ayuda a la adivinación y nos permite conectar directamente con el mundo espiritual y divino. La comunicación con el mundo espiritual se verá así reforzada por el desarrollo de la intuición.
El color del lapislázuli es azul/violeta, y los chakras afectados por esta piedra con sus vibraciones especiales son los llamados chakras «superiores» (la parte superior del cuerpo, desde la cabeza hasta la garganta).
El chakra superior (el chakra de la coronilla, es decir, el 7º) controla nuestra propia relación, nuestro propio lugar en el mundo. ¿Por qué estoy encarnado en esta vida? ¿Cuál es mi papel aquí? ¿Por qué me he reencarnado?
El chakra que controla el tercer ojo (6º chakra) lo abre y nos permite ver más allá de las apariencias físicas.
El chakra de la garganta (5º chakra) libera total o parcialmente los nudos, las palabras no dichas o los bloqueos. El objetivo es que todo funcione mejor.
¿Cómo se limpia y recarga el lapislázuli?
Se recomienda limpiar el lapislázuli solo con agua para mantener su energía y evitar daños.
Puedes recargar tu lapislázuli colocándolo sobre un racimo de cristales como la amatista. También puedes colocar la piedra sobre una concha de vieira o dejarla al aire libre para que los rayos del sol y de la luna la recarguen.
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